La velocidad de flujo y la temperatura de los medios que se bombean por el circuito CIP son un indicador de la efectividad del rendimiento de limpieza. Unas tasas de flujo demasiado bajas hacen que haya menos remolinos mecánicos en el tubo para limpiar puntos sucios. Unas tasas de flujo demasiado elevadas dan lugar a una limitación del tiempo de limpieza o a más residuos de medios. Unas temperaturas de limpieza demasiado bajas pueden aumentar el riesgo de que queden bacterias y microorganismos en el circuito. El FlexFlow mide tanto la temperatura como la velocidad de flujo de modo que no hay que instalar un sensor adicional, lo cual supondría mayores costes de instalación y mantenimiento.
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